miércoles, 15 de diciembre de 2010

Regulación financiera y mala memoria.

Publicado en el Diario Estrategia. http://www.estrategia.cl/detalle_columnista.php?cod=4257


En ocasiones el paso del tiempo, nos hace pensar que medidas que diseñamos para prevenir escenarios adversos, quizás ya no tengan sentido.

La polémica sobre las “circulares” de la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras (SBIF) ha puesto en el tepate -una vez más -el desempeño de la industria financiera y el rol que le cabe al Estado en su regulación. De esta forma, creo necesario recordar el contexto en el cual surgen las actuales “normas prudenciales” del sistema financiero chileno, así como la racionalidad que las sustenta.

Si perjuicio que la crisis financiera de principios de los 80 en nuestro país puede ser explicada tanto por factores domésticos como externos, la mayoría de los economistas coinciden en la importancia que tuvo el proceso de liberalización financiera impulsada por el Gobierno de la época, combinado con una escasez en reformas regulatorias. Como consecuencia de esta crisis que costo alrededor de US$ 30.000 millones al país y que llevo al Banco Central a intervenir trece Bancos y seis financieras, se inicia un proceso de fortalecimiento regulatorio. Medidas como el requerimiento de capital basado en riesgos, liquidez, reglas para incentivar la diversificación de portafolios, restricciones para prestar a determinados sujetos relacionados, así como procedimientos de monitoreo y entrega de información al publico, son herramientas diseñadas a partir de este colapso financiero, las cuales contribuyen a prevenir futuras crisis.

Aprovechando la coyuntura, hay quienes promueven hoy una mayor flexibilidad regulatoria, así como disminuir la supuesta “discrecionalidad” de la SBIF. La solidez del nuestro sistema financiero esta basado precisamente en una estricta normativa prudencial, así como en la capacidad y autoridad del Supervisor. Sin duda existen desafíos en esta industria, particularmente la corrección de ciertas imperfecciones de este mercado que favorecerían una mayor competencia. Menciono el caso del sistema de deuda como un ejemplo de asimetría de información, que de abordarse, podría profundizar la bancarizacion en nuestro país.

lunes, 22 de noviembre de 2010

Crisis en el Estado de Bienestar Europeo?

Columna escrita para el Centro Democracia y Comunidad en http://www.cdc.cl/columna/%C2%BFcrisis-en-el-estado-de-bienestar-europeo

A los distintos anuncios sobre reducción del gasto en programas de protección social en Europa, se ha sumado en estos días el del Gobierno Ingles. Es así como el primer Ministro David Cameron ha insistido en la necesidad de avanzar hacia una reforma en los programas de desempleo. Lo anterior se justificaría en función del déficit fiscal que sostenidamente estaría presentando el presupuesto fiscal de ese país. Según cifras de la Oficina de Estadísticas Nacionales de Inglaterra (Office for National Statistics), el presupuesto publico británico presenta un déficit de £13.2 billones a Septiembre de este ano. Por otra parte, la deuda publica neta habría sido de £842.9 billones (equivalentes a 57.2% del PIB).

Aunque con un déficit fiscal menor de (3.9% del PIB), Holanda había iniciado también un proceso de reducción de gasto publico este ano. Siendo la quinta economía de Europa, este país se ha fijado el disminuir el déficit a un 3% en el 2013. Aquel objetivo se llevaría a cabo a través de la reducción de subsidios por hijos, aumento en la contribución individual que hacen los usuarios del sistema de salud, reducción del presupuesto en defensa, contracción en el gasto de cooperación internacional, así como la rebaja de fondos destinados a programas de integración de inmigrantes en los Países Bajos.

En mi opinión, uno de los logros y legados más importantes del siglo XX, fue la construcción del Estado de Bienestar en los países industrializados. Este proceso promovido y explicado por una serie de eventos y fenómenos (guerras mundiales, depresiones, contribuciones de grandes intelectuales y científicos sociales) así como por elecciones y consensos éticos y morales de ciertos sectores políticos, ha permitido reducir la exposición social a muchos riesgos e incertidumbres que enfrentaban los ciudadanos del viejo continente. El costo de enfermarse, la vejez, el desempleo y fundamentalmente la pobreza son cuestiones donde el Estado de Bienestar ha puesto su foco con resultados positivos indiscutibles. La evidencia empírica muestra que es en las sociedades donde este sistema impera donde se encuentran los mayores grados de equidad (medido por el coeficiente de Gini), así como mejores índices de felicidad (en un estudio reciente, Dinamarca y otros cinco países del Norte de Europa aparecen entre los países mas felices del mundo).

Sin perjuicio de lo anterior, es ineludible observar los costos e impactos asociados a su funcionamiento, algunos sin embargo más evidentes y comprobables que otros. El efecto mas claro tiene que ver con el costo financiero que permite proveer estos servicios públicos, el que debe ser financiado de alguna forma. En este sentido, los recursos provienen del aumento de impuestos y en menor medida por deuda, la que tendría características estructurales en Europa y que seria difícil de conservar en el largo plazo. Por otra parte, hay quienes sostienen- fundamentalmente sus detractores- que el Estado de Bienestar estaría impactando también en la perdida de eficiencia de las economías industrializadas. Lo último no es solo controversial, considerando que existen diversas variables que explicarían aquel fenómeno, sino que es de difícil medición, lo que ayuda al desarrollo de tesis relacionadas con los incentivos perversos de este sistema en la generación de empleo.

Los ofensores del Estado de bienestar explican hoy las medidas de recorte fiscal de los Estados Europeos como prueba de la crisis terminal de este modelo de sociedad, anunciando su inminente desaparición. Mas allá de las motivaciones de sectores ultra liberales que han aprovechado esta ultima crisis financiera para embestir nuevamente a las políticas publicas redistributivas, lo cierto es que estos cambios son más bien ajustes necesarios para su sostenibilidad, que grandes transformaciones al rol del Estado en Europa.

Estas medidas que han sido promovidas por el propio Fondo Monetario Internacional (FMI) y la OECD, identifican una serie de áreas de reformas que permitirían la reducción del costo del Estado de Bienestar como objetivo necesario para su proyección. No tiene como objeto dejar de financiar la educación en todos los niveles por parte del Estado, ni detener la provisión de pensiones globales para la mayoría de la población, así como el apoyo de ciertas categorías de individuos que sufren “desventajas” y compensaciones para los desempleados. Estas transformaciones al diseño de políticas no apuntan entonces a la destrucción del Estado de Bienestar Europeo- lo que tendría no solo efectos sociales y políticos importantes sino que también económicos en toda Europa- se concentran en su fortalecimiento como garante de estándares y certidumbres sociales. Su implementación, según recomendación de los organismos internacionales, seria en forma gradual, promoviendo una mayor responsabilidad y compromiso ciudadano, utilizando incentivos que contribuyan a la eficiencia de los programas sociales, incrementando de esta forma el bienestar colectivo de los ciudadanos de Europa.

Este pragmatismo -que había comenzado ya con gobiernos de centro izquierda en Europa - devela una voluntad por buscar las mejores soluciones racionales y técnicas disponibles que permitan el fortalecimiento del Estado de Bienestar y su proyección, más que la defensa ideológica de las mismas respuestas. En mi opinión, la posibilidad de realizar acotadas y necesarias reformas, incorporando en algunos casos formulas de política “orientadas al mercado”, no debiesen ser catalogadas de “herejes”, así como no pueden ser interpretadas como indicadores de su debilitamiento. Tiene que ver a mi juicio con considerar las alternativas mas adecuadas para mantener un estándar de calidad de vida irrenunciable para la población Europea y que resulta envidiable para un observador del tercer mundo.

viernes, 12 de noviembre de 2010

Clasificadoras de Riesgo bajo fuego.

Publicado en el Diario Estrategia. http://www.estrategia.cl/detalle_columnista.php?cod=4151

Las agencias clasificadoras de riesgos cumplen un rol fundamental en el funcionamiento del sistema financiero y de capitales. Su función principal es la de calificar la solvencia de las entidades financieras. Como proveedores privados de información facilitan el levantamiento de inversiones en el mercado financiero, contribuyendo a disminuir “asimetrías de información”.

Luego de un largo periodo después de la crisis financiera global, donde la comunidad internacional se concentro en extender “redes de contención” al sistema financiero, el foco se ha vuelto a poner en estas agencias. Lo anterior se funda en el convencimiento que uno de los factores que explicarían la crisis subprime, se refiere a la externalizacion de funciones criticas de parte de los supervisores a estas agencias privadas, quienes ya no solo entregaban información valiosa al mercado, sino que habrían “generado valor” en las compañías artificialmente.

Reguladores globales como el Directorio de Estabilidad Financiera (FSB) del G20 cuestionan hoy su rol. El llamado fundamental de estos organismos es a romper la dependencia con estas agencias, debiendo los Bancos e Instituciones Financieras tomar mayor responsabilidad en la medición del riesgo y análisis de la calidad de sus activos internamente.

Coincidiendo con la obligación de sacar lecciones de esta ultima crisis que eviten futuras sub-evaluaciones de riesgo, me parece que las iniciativas que hoy se plantean requieren algún grado mayor de maduración. Tomando en cuenta que los principales cuestionamientos acerca de las agencias clasificadoras dicen relación con potenciales conflictos de interés con sus clientes, creo razonable evaluar medidas alternativas que vayan por el lado de códigos de conducta adecuados, transparencia metodológica, así como endurecimiento sancionatorio que desincentiven malas prácticas. Las clasificadoras y agencias de riesgos no pueden ni deben reemplazar la actividad regulatoria, sin embrago partiendo del supuesto que el mercado financiero no es perfecto, la provisión de mayor información es deseable para su adecuado funcionamiento.

martes, 9 de noviembre de 2010

Articulo en Asuntos Publicos-CED

Riesgo, Un problema social, politico y economico.

Escribo este informe, motivado con la idea de contribuir a ampliar la visión sobre la disciplina de gestión de riesgos, entregando algunos antecedentes de su aplicación y evolución en las ciencias sociales. Considerado muchas veces como un ejercicio puramente estadístico, de sola preocupación de bancos, aseguradoras, reguladores o instituciones prevencionistas en chile, el estudio del riesgo ha generado abundante conocimiento práctico y teórico a lo largo de la historia. Desde las primeras medidas que el hombre toma frente a amenazas naturales y depredadores, hasta sofisticados mecanismos de seguros e instrumentos financieros, el riesgo y su gestión ha estado siempre presente en nuestras vidas.

martes, 2 de noviembre de 2010

Construyendo Comunidades de Conocimiento para la Innovación

Columna publicada para el Centro Democracia y Comunidad http://www.cdc.cl/


Tanto la teoría económica, como la evidencia empírica muestran que los países de ingresos medios como Chile, han logrado el anhelado desarrollo apostando fuertemente por la innovación. Lo anterior se funda en el principio que los países alcanzan el desarrollo aumentando la tasa de crecimiento de la productividad total de sus factores (PTF), aspecto en el cual la innovación seria una variable critica. Nuestro país cuenta con una Estrategia Nacional de Innovación, plan maestro de las políticas públicas en esta materia. Entendiendo que el desafío de la innovación es una tarea de largo plazo, los avances en este ámbito sin embargo son todavía insuficientes.

Al mirar los resultados de la última encuesta de innovación que realiza periódicamente el Gobierno, observamos que Chile sigue contando con un bajo nivel de gasto en inversión en I+D como porcentaje del PIB, siendo del orden del 0,4% en el 2008, cuando el promedio de los países de la OECD es de 2,3% del PIB. De ese porcentaje, el sector empresas financia solo un 43,7% del gasto en I+D. Por otra parte, un ámbito a destacar se refiere a la baja cooperación en innovación empresarial que existe entre Empresas y Universidades en Chile, el cual es de solo 5,0%.

Nuestra estrategia nacional de innovación y las agencias que la implementan, se han hecho cargo de este fenómeno, definiendo el fortalecimiento de la asociatividad empresa-universidad como factor esencial de transferencia tecnológica, el cual se materializa a través de distintos programas que debiesen estimular esta integración (creación de institutos, parques tecnológicos e incubadoras, fortalecimiento de mecanismos de financiamiento, etc.).

Mi experiencia como investigador en una Universidad del primer mundo sin embargo, donde esa aspiración de asociatividad universitario-empresarial se ha hace carne, me hace pensar que la dificultad de llenar los grandes espacios que separan a la investigación académica de la práctica organizacional, se expliquen también en cuanto a paradigmas y visiones distintas. Bajo esa perspectiva, el deseado objetivo de generar un ‘ecosistema para la innovación empresarial’, sería no solo una cuestión de incentivos económicos, sino también cultural.

Siendo un recién llegado al sector académico, he percibido esa tensión evidente y documentada entre el mundo de la ciencia y el de las organizaciones, el llamado “mundo real”. De esta forma, un enfoque clásico es el que describe a la academia y su cultura como “una entidad que desprecia el objetivo de contribuir en cuestiones prácticas o respuestas requeridas por el sector empresarial, prefiriendo fijar su aporte en aspectos fundamentales”. En esta perspectiva, el “practicante”, desconfía también de las recetas y propuestas del “científico”, descansando mucho más en su propia experiencia. Este conflicto sobre dos tipos de conocimientos que observamos claramente en nuestro país y que no responde a la realidad de una sociedad del conocimiento, uno aplicado a situaciones practicas y otro sobre nuevas ideas y procesos que puedan ser potencialmente posibles, es por supuesto nocivo para la innovación, así como al revés, condición necesaria cuando se resuelve.

Como caso de estudio menciono a la Universidad de Twente, Universidad Tecnológica al Este de Holanda que hoy me acoge , la cual se fijo a principios de los 80’ ser una Universidad emprendedora, poniendo su foco en generar conocimiento científico (Nanotecnología, Biotecnología, Ingeniería Mecánica y Gestión) con un sentido práctico. De esta forma, a partir de una iniciativa de esta casa de estudio, se formo un centro de interfase compuesto por las empresas de la región, el Gobierno Regional (Provincia) y la Universidad, llamado Kennispark Twente (Business Park). Durante su funcionamiento, este proyecto ha originado 700 empresas con un índice de supervivencia de 5 anos (mas del 70% de las empresas creadas), generando mas de 10.000 puestos de trabajo.

Para consolidar esta integración del concomimiento practico y científico a mi juicio, se requiere no solo de financiamiento público y/o privado que la incentive. Es por una parte una decisión estratégica y filosófica de la institucionalidad académica, una valoración por las ideas del mundo de las organizaciones como atractivas y validas. Es producto también en mi opinión, de la convicción del líder empresarial en cuanto a que la supervivencia y crecimiento organizacional supone también reflexión, el contrastar su experiencia emprendedora con la teoría.

viernes, 8 de octubre de 2010

Basilea III e integralidad en la administración del Riesgo.

Publicado el 08 de octubre en el diario Estrategia


El Comité de Basilea es el organismo que fija los estándares del sistema financiero mundial. Sus acuerdos son solo obligatorios para los países miembros, sin embargo no existe alternativa para economías emergentes que quieran competir en una economía global.

El objetivo de las normas de Basilea en sus versiones I y II, ha sido el de aumentar la solidez y estabilidad del sistema financiero internacional. Particularmente en Chile, para la implementación de Basilea II, el regulador en estrecha coordinación con las entidades financieras, fijo una clara hoja de ruta que debio haber terminado el ano pasado.

Como era previsible luego de una importante crisis financiera global, este Comité de Supervisores Bancarios ha venido desarrollado un intenso trabajo de revisión de los acuerdos aprobados en el 2004 (Basilea II), proceso que se ha denominado “Basilea III”.

Las propuestas de Basilea III serán presentadas en la próxima reunión del G20 en noviembre y de ser aprobadas, tendrían una aplicación gradual. De acuerdo al último borrador conocido y luego de tensas negociaciones, estas van por el lado de mayor exigencia de capital, requisitos mínimos de liquidez (corto y largo plazo), fijación de un ratio de endeudamiento, así como limitaciones del régimen de retribución de ejecutivos.

Siguiendo la tendencia de su versión anterior, Basilea III pondría gran énfasis también en la gestión integral del riesgo, metodología que promueve el tratamiento de riesgos de crédito, mercado y riesgo operacional coordinadamente, así como la participación y compromiso activo de todos los niveles de la organización. En este sentido, en conjunto con medidas tendientes a fortalecer el capital global de los bancos y su liquidez, se insiste en la implementación de prácticas tendientes a generar mayor y mejor información, tanto como en el fortalecimiento del gobierno corporativo como factor critico de transparencia en la gestión.

Sin perjuicio que habrá que esperar el resultado de la reunión de Seúl para iniciar un proceso de “calibrar” las exigencias finales del Basilea III con la realidad del sistema financiero chileno, estoy seguro que tanto supervisor como mercado estarán muy atentos.

viernes, 10 de septiembre de 2010

Gestión de Riesgos y Comisión de Seguridad Laboral

Publicado el 10 de septiembre en el diario Estrategia

El gobierno presento hace ya varias semanas, una comisión que trabaja afanosamente en la revisión de las políticas sobre seguridad laboral. Su creación fue en respuesta a un hecho que se ha posicionado en la agenda noticiosa no solo en chile, sino en todo el mundo. La trágica, pero inspiradora historia de los trabajadores de la mina San José.

Entendiendo que el drama de los 33 mineros devela muchas más dificultades que las malas prácticas sobre seguridad de la mediana minería en nuestro país, quedando en evidencia entre otras cosas, las precarias condiciones laborales de muchos de nuestros compatriotas, me parece que es un ámbito que merece atención.

Numerosas instituciones y normas conforman la regulación sobre seguridad laboral en chile, las cuales estarán siendo revisadas críticamente por la comisión. Este ultimo ámbito, es quizás un aspecto critico a resolver, considerando el frondoso espectro de leyes, decretos e instructivos para distintos sectores económicos, además de los altos costos de coordinación de las diversas agencias publicas que concurren en la regulación de la seguridad laboral. Además del diagnostico legislativo e institucional, nuestras autoridades han señalado como requerimientos específicos, que la comisión recoja “las mejores prácticas internacionales” sobre seguridad laboral y que busque formas para avanzar hacia una “cultura de trabajo seguro”.

En mi opinión, ambos objetivos son complementarios, pudiéndose abordar satisfactoriamente si se buscan las referencias adecuadas. Al identificar las mejores prácticas en seguridad e higiene, nos encontramos con la norma BS8800, ISO14001 y la OHSAS 1800 entre otras, esquemas que ponen el foco en un solo ámbito de la gestión de riesgo, la prevención laboral.

Sin embargo, para avanzar hacia prácticas de seguridad laboral moderna, se requiere a mi juicio, desarrollar estándares basados en normas de gestión de riesgo integral, metodologías que superan el clásico enfoque de la prevención de riesgos como única respuesta a la incertidumbre organizacional. Las estándares de higiene y seguridad mencionados anteriormente, si bien son pertinentes en relación a la administración y tratamiento de riesgos físicos, se concentran en amenazas operativas y funcionales. Claro, estas normas bien aplicadas, si bien no podrían haber evitado el accidente de la mina San Jose, hubieran asegurado contar con las capacidades y condiciones mínimas que supone un plan de contingencia.

Pero para lograr el ambicioso anhelo de generar una real cultura de riesgos y seguridad laboral en nuestro país a mi juicio, es necesario contar con un enfoque y estándares de gestión de riesgo estrategico y coorporativo, que identifiquen, analicen, evalúen y traten todos los riesgos a los que esta expuesta una organizacion de manera coordinada y dentro de una política de riesgos permanente. Lo anterior supone implementar practicas transversalmente en la organisacion, donde la gestión de riesgo no es solo tarea un grupo de prevencionistas, sino que es responsabilidad de todas las áreas de la empresa. Por supuesto que las pequeñas y medianas empresas y en este caso la mediana minería, cuentan con menores recursos para la adopción de mejores practicas de gestión en todo ámbito. Sin embargo, la grandes corporaciones en nuestro país, las gran minería, conoce y ha implantado hace rato esta metodología moderna, dándose cuenta que no solo es una respuesta eficiente en términos de reducir sus índices de sinestralidad, sino que les permite tomar mejores desiciones y relacionarse de mejor forma con la comunidad y reguladores.

Estándares como la nueva ISO 31000 o la AS/NZS 4360, son normas que interpretan este enfoque comprensivo y que son aplicables a cualquier industria. El desafió de buscar incentivos que promuevan la transferencia de estas mejores practicas de gestión de riesgos por parte de la grandes companias a las empresas de menor tamaño, es quizás un ámbito que valdría la pena estudiar. Así lo han hecho en países como Canadá, Australia y Estados Unidos, lideres en gestión de riesgo y seguridad laboral.

lunes, 16 de agosto de 2010

Riesgo Regulatorio y desafíos del Sistema Financiero

Publicado el 13 de Agosto en la edicion impresa del diario Estrategia.

El riesgo regulatorio se refiere a la incertidumbre sobre el impacto que decisiones regulatorias tendrán en un determinado mercado. En este sentido, es necesario que el anunciado proyecto de ley sobre un Sernac Financiero se conozca, de manera que los agentes económicos puedan adecuar sus decisiones estratégicas a los escenarios futuros. Sin perjuicio que me parece mucho más razonable la opción que finalmente ha tomado el gobierno, la de entregar mayores facultades y recursos al actual Sernac, creo que hay desafíos adicionales para el sistema financiero.

Existe una percepción instalada en nuestro país- recogida hábilmente por la clase política- sobre una desprotección de los consumidores de esta industria, un mercado financiero desregulado, prácticas abusivas y sobreendeudamiento. La evidencia recogida en estudios y análisis comparados sin embargo, indica otra cosa, un mercado muy regulado, existencia de instituciones que cautelan el riesgo sistémico y protegen a los consumidores e índices de endeudamiento muy por debajo al de los países desarrollados. Coincidiendo en la necesidad de fortalecer la tarea de protección al consumidor, entregando mayor información y advirtiendo de las amenazas del sobreendeudamiento, existe a mi juicio un problema aun más relevante en cuanto a asimetrías de información en este mercado.

Me refiero a las dificultades del sistema de información comercial, el que no cuenta con información de deuda positiva, donde solo los Bancos comparten información de deuda positiva, el cual prohíbe el comunicar deudas morosas saldadas, así como la existencia de un monopolio de facto. Todo lo anterior impide una mayor competencia, además de no contar el mercado con un historial de pagos que sirva de colateral de reputación y ajuste las tasas de interés al riesgo efectivo de los clientes. De esta forma, creo que en el marco de nuevos riesgos regulatorios que dinamicen la industria, este debiera ser un elemento prioritario. Existen los argumentos técnicos de sobra avalados por organismos internacionales, solo falta la voluntad política para avanzar.

viernes, 16 de julio de 2010

Riesgos en entidades financieras y Cultura organizacional.

Publicada el 16 de julio en la edicion impresa de Estrategia.

Aunque todas las empresas independiente de su actividad enfrentan riesgos, los de las empresas de servicios financieros son distintivos. Ellas se enfrentan al fenómeno de la selección adversa y riesgo moral. En este sentido, no es sorprendente que la gestión de riesgos sea fundamental para su negocio. Con el objeto de cumplir con su tarea, los gerentes de riesgos, en ocasiones deben frenar las ruedas de la actividad comercial, lo que produce un equilibrio necesario entre sustentabilidad organizacional y rentabilidad, cuyo éxito depende de la cultura de la empresa.

Los gerentes de riesgos son eficaces si la cultura de la organización los apoya. En éste sentido el rol del directorio es fundamental, entregando el mensaje adecuado a la organización. Una señal implícita se refiera a estructurar equipos de gestión de riesgos lejos de donde se toman las decisiones estratégicas. Estas acciones en sí mismas, pueden enviar una señal en términos de la importancia que se le entrega a la gestión de riesgos.

Una encuesta realizada recientemente por KPMG a directores de empresas, ha mostrado que la gestión de riesgo en instituciones financieras en EE.UU. se percibe como una función de cumplimiento de regulaciones y no como una actividad estaretgica. Por otra parte, sabiendo que muchas de las decisiones de riesgo tienen lugar en niveles medios de la organización, es necesario hacer un esfuerzo para garantizar que existan competencias adecuadas. A pesar del aumento relativo de su importancia desde la crisis subprime, aun existen pocos programas académicos disponibles en gestión de riesgos, incluso en países desarrollados.

Sin perjuicio que nuestro sistema financiero se caracteriza por su responsabilidad luego del trauma de las crisis de los anos 80, adaptándose en forma permanente a las regulaciones internacionales, la tarea de desarrollar una verdadera cultura organizacional, instaurando prácticas que permeen a toda la organización es un proceso continuo, mas complejo aun que el calculo de ratios de liquidez, ya que supone influir en el comportamiento de seres humanos.

viernes, 11 de junio de 2010

Gestion de Riesgos y RSE

Publicado el 11 de junio de 2010 en la edicion impresa del diario Estrategia.


La implementación de políticas corporativas sobre Responsabilidad Social Empresarial (RSE), se ha convertido en un elemento diferenciador, no sólo para las industrias tradicionalmente con mayor exposición al riesgo (Minería, Servicios Financieros, etc.), sino para todos los sectores. Lo anterior se basa además, en una obligación moral de las entidades privadas, en términos que las empresas que contribuyen plenamente a la sociedad son eficientes, rentables y también socialmente responsables.

La RSE desde una perspectiva moderna y siguiendo los estándares internacionales, va más allá de acciones filantrópicas, se refiere a la manera en la cual las empresas manejan sus actividades económicas, sociales, ambientales y su relación con sus grupos de interés en todo ámbito; laboral, mercado, cadena de valor, comunidad y opinión publica, entre otros.

La gestión de riesgos por otra parte, centra sus actividades en la creación de políticas, procesos y herramientas destinados a minimizar los riesgos a los que puedan estar expuestas las organizaciones. Esta disciplina en una perspectiva integral (ERM), da cuenta también de los riesgos relacionados con las externalidades negativas de la operación empresarial, su reputación e interacción con el entorno. En este sentido, la gestión de riesgos puede facilitar la implementación y monitoreo de una política de RSE, por cuanto provee conocimiento sistemático y estructurado sobre los riesgos sociales y su interacción con otros riesgos en la empresa, manejando de forma más efectiva la relación con sus grupos de interés.

De esta forma, la discusión hoy no es si las empresas deben ser responsables socialmente, sino más bien cómo deben demostrar responsabilidad y, sobre todo, cómo coordinar y dar prioridad a los procesos de toma de decisiones y gestión de riesgos sociales a los que están expuestos. Es así como para que una empresa tenga éxito en un mercado cada vez más competitivo, debe conciliar la idea de ser socialmente responsable (riesgos reputacionales o no-financieros) con ser financieramente viable (riesgos financieros).

viernes, 16 de abril de 2010

Riesgos estratégicos

Publicado el 16 de abril en la edicion impresa del diario Estrategia.

La crisis que vive la empresa automotriz Toyota, es foco de atención del mundo empresarial estos días, multinacional considerada hasta hace poco como un paradigma de gestión moderna. Fue sólo hace unos meses atrás que Toyota se posicionaba como la empresa número uno de automóviles en el mundo. No sólo vendía más vehículos que sus competidores, sino era la más respetada en el mercado.

Los problemas comenzaron el año pasado, cuando luego de denuncias y accidentes que costaron la vida a decenas de personas, se identificaron dificultades relacionadas con la aceleración involuntaria de algunos modelos. Se estima que esta crisis podría costar a la empresa $US 2 billones en gastos y pérdidas de ventas, sin tener en cuenta el costo de las demandas que podría enfrentar.

Quizás lo más paradójico de este episodio, son las debilidades que evidencio lo que se consideraba su mayor ventaja competitiva. Las fábricas de Toyota eran reconocidas por la aplicación de rigurosos estándares de calidad. No obstante, la compañía se expandió rápidamente durante la última década, su capacidad de producción casi se duplicó desde el 2000, impactando en sus procesos de calidad, lo que ha sido reconocido por su propio presidente.

La gestión de riesgos desde una perspectiva integral, supone balancear riesgos con retribuciones, simulando las consecuencias (positivas y negativas) de las decisiones estratégicas. Sin poder eliminar totalmente la incertidumbre (no habría recompensa), la gestión de riesgos puede cumplir un rol importante en la definición de estrategias de expansión. La conformación de equipos de riesgo multidisciplinarios, que identifiquen riesgos asociados al marketing, legales, operacionales, tecnológicos y reputacionales de nuevas ideas, permite integrar esta dimensión en el proceso de toma de decisión de la empresa. A la luz de los hechos, la decisión de un rápido crecimiento, postergando su mayor elemento diferenciador, fue altamente riesgosa para Toyota y lo que es peor, no había al parecer una definición clara de formas de mitigación cuando ese riesgo se materializara.

jueves, 11 de marzo de 2010

Despues de la Crisis

Publicado el 12 de marzo de 2010 en la edicion impresa del diario Estrategia.

Cuando la crisis que origino un terremoto casi sin parangones en nuestra historia ha finalizado y comienza una tarea de reconstrucción, cabe preguntarse como serán enfrentadas las aparentes debilidades que mostró el Estado Chileno, particularmente posibles deficiencias en su sistema de emergencia.

En las sociedades democráticas modernas, basadas en la dispersión del poder político, derecho a la crítica política y administrativa sobre los tomadores de decisiones, las crisis se convierten en un imán para cuestionamientos y revisiones institucionales. ¿Hay alguien a quien culpar? ¿Podría haber realizado una mejor gestión la agencia encargada? ¿Qué lecciones se pueden aprender? Tales cuestionamientos emanan con gran fuerza de los partidos políticos, medios de comunicación y por supuesto de las víctimas y sus familias.

De particular importancia en el proceso de evaluación post -crisis, es alguna forma oficial de investigación. Una investigación de estas características puede llevarse acabo de dos maneras. En primer lugar, hay una búsqueda de hechos: recopilación de información, entrevistas a testigos y otras medidas con el fin de construir una “cuenta publica” de lo que salió mal y las lecciones que se pueden obtener. En segundo lugar, hay una dimensión político-simbólica. Las investigaciones de este tipo tienen el potencial de colaborar con la restauración de daños a la legitimidad del Estado y sus instituciones. Esta forma de investigación puede ayudar también en el proceso de “sanación social”, proveyendo una plataforma de discusión para expertos, políticos y diversos actores.

Sobre la base de cuestionamientos que emanan de la misma sociedad, las crisis en países desarrollados parecen tener un enorme potencial para impulsar cambios. Las responsabilidades políticas y administrativas están sujetas a procesos de rendición de cuentas, sobre sistemas de respuesta permanentes. Lo fundamental entonces en estas evaluaciones es la transparencia, buscando únicamente objetivizar las debilidades institucionales y responsabilidades personales y no pequeños réditos políticos.

jueves, 11 de febrero de 2010

Articulo Revista Tekhne

Articulo academico publicado recientemente por la Revista Portuguesa de Estudios Politécnicos Tekhne.

http://www.scielo.oces.mctes.pt/pdf/tek/n11/n11a09.pdf

Auditoria Interna Gubernamental y Gestión de Riesgo

Publicado el 12 de febrero de 2010 en la edición impresa del diario Estrategia.
El control interno es un ámbito de la Gestión, cuyo objetivo tradicional es asegurar el uso adecuado de los recursos, advirtiendo la ocurrencia de situaciones irregulares. La evolución en la teoría del control interno incluyo más tarde, el rol de contribuir al logro de objetivos institucionales, criterio ampliamente difundido hoy y que sitúa al control interno en un nivel estratégico.

En el sector público, durante la administración del Presidente Frei R., se crea el Consejo de Auditoría Interna General de Gobierno (CAIGG), órgano asesor del Presidente en la formulación de planes, programas y políticas de control interno. Desde su creación, su relevancia dentro del aparato Estatal e incorporación de buenas prácticas ha sido diversa. Un avance interesante sin embargo, fue la adopción de una mirada de Gestión de Riesgos como herramienta de control interno dentro de la administración publica. No obstante, la incorporación de mejores prácticas disponibles en esta área aunque indispensable, no es condición suficiente para asegurar y controlar el uso adecuado de los recursos públicos.

En el programa de Gobierno del Presidente electo, se menciona como una de las medidas para fortalecer la política de control interno, la creación de una Agencia de Auditoría, declaración si bien deseable, no advierte implicancias concretas. Si la instauración de esta agencia esta ligada a proveer de autonomía a los funcionarios públicos que cumplen el rol de auditor interno, si supone además, transparencia en los riesgos detectados y controlados, si incentiva también la real adopción de modelos de Riesgos en la toma de decisiones, entonces va en el camino correcto. Conjuntamente con el impacto que una adecuada política de Auditoria Interna tiene en la eficiencia Estatal, contribuye a la detección de “riesgos reputacionales”, los cuales tienen un efecto político y electoral al materializarse. Lo anterior puede ser contrastado empíricamente en razón de episodios de corrupción, -que aunque amplificados a mi juicio- tuvieron un fuerte efecto en la imagen de los Gobiernos de la Concertación.

Nuevas Redes Sociales, Oportunidad y Riesgo para la Empresa.

Publicada el 19 de enero de 2010 en la Edición impresa del diario Estrategia.
Si bien el desarrollo tecnológico permite gestionar de mejor forma los riesgos, es sabido que la incorporación de tecnología en la empresa implica también la exposición a ciertos riesgos que deben ser monitoreados permanentemente.

Facebook, Twitter, YouTube, así como otras herramientas informáticas han ganado popularidad en los últimos anos, cambiando la forma de interactuar de las personas, obligando a las empresas ha incorporarlas como canal de comunicación, pero también, a considerar nuevos riesgos. Facebook por ejemplo, esta siendo usado para encontrar trabajo y contactarse con clientes y potenciales clientes. No obstante en Estados Unidos, se han reportado casos de empleados que no estando satisfechos con su trabajo, publicaban comentarios en su sitio de Facebook, olvidando que sus jefes eran uno de sus amigos y, por tanto tenían acceso a su pagina. Las reacciones de los jefes no fueron muy amigables, deteriorándose de esta forma el clima laboral en dichas empresas.
La exposición al riesgo tecnológico es bien representado por los llamados “hackers”, individuos que están siempre al acecho en busca de nuevas formas de invadir las redes computacionales e información confidencial. Según un estudio publicado el 2009, alrededor de la mitad las empresas en America del Norte bloquean algunos o todos los accesos a las redes sociales debido a la preocupación por robos cibernéticos.
Al principio las restricciones a ciertos sitios de Internet era simplemente una cuestión de productividad, ahora con Facebook tiene que ver con evitar ataques cibernéticos y robo de información corporativa. De esta forma, las empresas deben establecer políticas que indiquen cómo y cuándo los empleados pueden utilizar Internet, así como mecanismos de protección de datos personales. Sin embargo, políticas demasiado restrictivas que impliquen la decisión de bloquear totalmente el acceso a sitios de redes sociales no parece la mejor solución, considerando las oportunidades que estos medios entregan a la actividad empresarial, siendo formas útiles y eficaces de llegar a los clientes.

Riesgo Público

Publicada el 11 de diciembre de 2009 en la edición impresa del diario Estrategia.

Existen dos categorías de riesgo público; riesgo social y riesgo organizacional. Los riesgos sociales son los riesgos que afectan a parte o toda la sociedad. Los riesgos organizacionales, son riesgos que afectan a la propia organización pública (demandas, siniestros, riesgo financiero, hechos de corrupción, etc.). La teoría económica nos ayuda a demostrar que el riesgo se mueve hacia lo público, cuando el mercado es incapaz de absorber o distribuir eficientemente el riesgo, generándose una “falla de mercado” que justifica la intervención Estatal.
Desde un punto de vista normativo, existe riesgo social cuando los individuos o empresas imponen riesgos a los demás, el papel del Estado entonces, es el de regulador, estableciendo reglas para el funcionamiento de determinadas actividades o sectores, ejemplo de ello son las normas ambientales, de seguridad y financieras. Por otra parte y cuando los riesgos no pueden atribuirse a ninguna persona u organismo, el Estado asume un papel protector, mitigando sus consecuencias. El rol del Estado en relación a una catástrofe natural es un ejemplo de aquello.

En Chile, organismos como Superintendencias, encargadas de cumplir un rol regulador, así como la ONEMI en el caso de catástrofes, han incorporado metodologías de Gestión de Riesgos con mucho éxito, pudiendo ser catalogadas como instituciones de categoría mundial. Sin embargo y en cuanto a los llamados Riesgos Organizacionales, las instituciones públicas en nuestro país tienen todavía mucho camino que recorrer. La Gestión de Riesgo en una mirada amplia, puede detectar y mitigar no solo efectos de posibles pérdidas financieras y reputacionales, sino también identificar oportunidades, favoreciendo la transparencia y entrega de servicios públicos de calidad. La incorporación de esta disciplina en países desarrollados puede servirnos de ejemplo a la hora de buscar buenas prácticas, existiendo Asociaciones especializadas de Gestión de Riesgos Públicos en Europa y Estados Unidos (PRIMO http://www.primoeurope.org/oak.jsp?id=1342, ALARM http://www.alarm-uk.org/ entre otras), así como estándares específicos para el sector público (UK Standard ALARM).

El enfoque amplio de como Gestionar los Riesgos y la nueva ISO 31000:2009.

Publicado el 13 de noviembre de 2009 en el Diario Estrategia.

http://www.estrategia.cl/detalle_columnista.php?cod=2832

Uno de los efectos de esta crisis, además del consabido impacto en nuestro entorno económico, se refiere a la aún mayor atención que desde el mundo académico y empresarial se le están dando a la Gestión de Riesgos. Si las dificultades de la industria financiera y desde una perspectiva de riesgo de crédito en la década de los 80’, derivaron en exigencias de capital para los bancos (acuerdo de Basilea), así como a inicios del 2000 y desde una mirada de riesgo operacional, la Ley Sarbanes Oxley fijo estándares para empresas en Estados Unidos, esta crisis viene a validar un enfoque Integral de Gestión de Riesgos. Ejemplo de ello es la nueva norma ISO 31000:2009 sobre Gestión de Riesgos, la cual esta a punto de publicarse e incorporará este modelo amplio denominado ERM por sus siglas en ingles (Enterprise Risk Management).

Al graficar el nivel de implementación de prácticas modernas de gestión de riesgo, en un extremo encontraríamos a organizaciones que introducen mecanismos de control y sistemas de protección sólo como respuesta directa a la ocurrencia de eventos no deseados. Luego encontraríamos a organizaciones que sistemáticamente establecen determinadas coberturas de acuerdo al tipo de riesgo (riesgo de crédito, financiero, operacional y de mercado). Finalmente, la siguiente etapa de evolución hacia la proactividad, estaría representado por las organizaciones que trazan su propio perfil deseado de riesgo, teniendo en cuenta todos los principales tipos de riesgos con los que coexisten, del propio negocio o entorno (cumplimiento de la legislación, los riesgos ambientales, los riesgos de imagen y reputación).
La Gestión de Riesgos bajo esta mirada entonces, no es una disciplina exclusiva de la industria financiera y de las empresas multinacionales, un enfoque integral de gestión de riesgos contribuye a que instituciones tanto privadas como publicas, pequeñas y grandes logren sus objetivos y tomen mejores dediciones, permitiéndoles lidiar con un elemento siempre presente en la vida de las organizaciones, la incertidumbre