miércoles, 15 de diciembre de 2010

Regulación financiera y mala memoria.

Publicado en el Diario Estrategia. http://www.estrategia.cl/detalle_columnista.php?cod=4257


En ocasiones el paso del tiempo, nos hace pensar que medidas que diseñamos para prevenir escenarios adversos, quizás ya no tengan sentido.

La polémica sobre las “circulares” de la Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras (SBIF) ha puesto en el tepate -una vez más -el desempeño de la industria financiera y el rol que le cabe al Estado en su regulación. De esta forma, creo necesario recordar el contexto en el cual surgen las actuales “normas prudenciales” del sistema financiero chileno, así como la racionalidad que las sustenta.

Si perjuicio que la crisis financiera de principios de los 80 en nuestro país puede ser explicada tanto por factores domésticos como externos, la mayoría de los economistas coinciden en la importancia que tuvo el proceso de liberalización financiera impulsada por el Gobierno de la época, combinado con una escasez en reformas regulatorias. Como consecuencia de esta crisis que costo alrededor de US$ 30.000 millones al país y que llevo al Banco Central a intervenir trece Bancos y seis financieras, se inicia un proceso de fortalecimiento regulatorio. Medidas como el requerimiento de capital basado en riesgos, liquidez, reglas para incentivar la diversificación de portafolios, restricciones para prestar a determinados sujetos relacionados, así como procedimientos de monitoreo y entrega de información al publico, son herramientas diseñadas a partir de este colapso financiero, las cuales contribuyen a prevenir futuras crisis.

Aprovechando la coyuntura, hay quienes promueven hoy una mayor flexibilidad regulatoria, así como disminuir la supuesta “discrecionalidad” de la SBIF. La solidez del nuestro sistema financiero esta basado precisamente en una estricta normativa prudencial, así como en la capacidad y autoridad del Supervisor. Sin duda existen desafíos en esta industria, particularmente la corrección de ciertas imperfecciones de este mercado que favorecerían una mayor competencia. Menciono el caso del sistema de deuda como un ejemplo de asimetría de información, que de abordarse, podría profundizar la bancarizacion en nuestro país.