lunes, 22 de noviembre de 2010

Crisis en el Estado de Bienestar Europeo?

Columna escrita para el Centro Democracia y Comunidad en http://www.cdc.cl/columna/%C2%BFcrisis-en-el-estado-de-bienestar-europeo

A los distintos anuncios sobre reducción del gasto en programas de protección social en Europa, se ha sumado en estos días el del Gobierno Ingles. Es así como el primer Ministro David Cameron ha insistido en la necesidad de avanzar hacia una reforma en los programas de desempleo. Lo anterior se justificaría en función del déficit fiscal que sostenidamente estaría presentando el presupuesto fiscal de ese país. Según cifras de la Oficina de Estadísticas Nacionales de Inglaterra (Office for National Statistics), el presupuesto publico británico presenta un déficit de £13.2 billones a Septiembre de este ano. Por otra parte, la deuda publica neta habría sido de £842.9 billones (equivalentes a 57.2% del PIB).

Aunque con un déficit fiscal menor de (3.9% del PIB), Holanda había iniciado también un proceso de reducción de gasto publico este ano. Siendo la quinta economía de Europa, este país se ha fijado el disminuir el déficit a un 3% en el 2013. Aquel objetivo se llevaría a cabo a través de la reducción de subsidios por hijos, aumento en la contribución individual que hacen los usuarios del sistema de salud, reducción del presupuesto en defensa, contracción en el gasto de cooperación internacional, así como la rebaja de fondos destinados a programas de integración de inmigrantes en los Países Bajos.

En mi opinión, uno de los logros y legados más importantes del siglo XX, fue la construcción del Estado de Bienestar en los países industrializados. Este proceso promovido y explicado por una serie de eventos y fenómenos (guerras mundiales, depresiones, contribuciones de grandes intelectuales y científicos sociales) así como por elecciones y consensos éticos y morales de ciertos sectores políticos, ha permitido reducir la exposición social a muchos riesgos e incertidumbres que enfrentaban los ciudadanos del viejo continente. El costo de enfermarse, la vejez, el desempleo y fundamentalmente la pobreza son cuestiones donde el Estado de Bienestar ha puesto su foco con resultados positivos indiscutibles. La evidencia empírica muestra que es en las sociedades donde este sistema impera donde se encuentran los mayores grados de equidad (medido por el coeficiente de Gini), así como mejores índices de felicidad (en un estudio reciente, Dinamarca y otros cinco países del Norte de Europa aparecen entre los países mas felices del mundo).

Sin perjuicio de lo anterior, es ineludible observar los costos e impactos asociados a su funcionamiento, algunos sin embargo más evidentes y comprobables que otros. El efecto mas claro tiene que ver con el costo financiero que permite proveer estos servicios públicos, el que debe ser financiado de alguna forma. En este sentido, los recursos provienen del aumento de impuestos y en menor medida por deuda, la que tendría características estructurales en Europa y que seria difícil de conservar en el largo plazo. Por otra parte, hay quienes sostienen- fundamentalmente sus detractores- que el Estado de Bienestar estaría impactando también en la perdida de eficiencia de las economías industrializadas. Lo último no es solo controversial, considerando que existen diversas variables que explicarían aquel fenómeno, sino que es de difícil medición, lo que ayuda al desarrollo de tesis relacionadas con los incentivos perversos de este sistema en la generación de empleo.

Los ofensores del Estado de bienestar explican hoy las medidas de recorte fiscal de los Estados Europeos como prueba de la crisis terminal de este modelo de sociedad, anunciando su inminente desaparición. Mas allá de las motivaciones de sectores ultra liberales que han aprovechado esta ultima crisis financiera para embestir nuevamente a las políticas publicas redistributivas, lo cierto es que estos cambios son más bien ajustes necesarios para su sostenibilidad, que grandes transformaciones al rol del Estado en Europa.

Estas medidas que han sido promovidas por el propio Fondo Monetario Internacional (FMI) y la OECD, identifican una serie de áreas de reformas que permitirían la reducción del costo del Estado de Bienestar como objetivo necesario para su proyección. No tiene como objeto dejar de financiar la educación en todos los niveles por parte del Estado, ni detener la provisión de pensiones globales para la mayoría de la población, así como el apoyo de ciertas categorías de individuos que sufren “desventajas” y compensaciones para los desempleados. Estas transformaciones al diseño de políticas no apuntan entonces a la destrucción del Estado de Bienestar Europeo- lo que tendría no solo efectos sociales y políticos importantes sino que también económicos en toda Europa- se concentran en su fortalecimiento como garante de estándares y certidumbres sociales. Su implementación, según recomendación de los organismos internacionales, seria en forma gradual, promoviendo una mayor responsabilidad y compromiso ciudadano, utilizando incentivos que contribuyan a la eficiencia de los programas sociales, incrementando de esta forma el bienestar colectivo de los ciudadanos de Europa.

Este pragmatismo -que había comenzado ya con gobiernos de centro izquierda en Europa - devela una voluntad por buscar las mejores soluciones racionales y técnicas disponibles que permitan el fortalecimiento del Estado de Bienestar y su proyección, más que la defensa ideológica de las mismas respuestas. En mi opinión, la posibilidad de realizar acotadas y necesarias reformas, incorporando en algunos casos formulas de política “orientadas al mercado”, no debiesen ser catalogadas de “herejes”, así como no pueden ser interpretadas como indicadores de su debilitamiento. Tiene que ver a mi juicio con considerar las alternativas mas adecuadas para mantener un estándar de calidad de vida irrenunciable para la población Europea y que resulta envidiable para un observador del tercer mundo.

viernes, 12 de noviembre de 2010

Clasificadoras de Riesgo bajo fuego.

Publicado en el Diario Estrategia. http://www.estrategia.cl/detalle_columnista.php?cod=4151

Las agencias clasificadoras de riesgos cumplen un rol fundamental en el funcionamiento del sistema financiero y de capitales. Su función principal es la de calificar la solvencia de las entidades financieras. Como proveedores privados de información facilitan el levantamiento de inversiones en el mercado financiero, contribuyendo a disminuir “asimetrías de información”.

Luego de un largo periodo después de la crisis financiera global, donde la comunidad internacional se concentro en extender “redes de contención” al sistema financiero, el foco se ha vuelto a poner en estas agencias. Lo anterior se funda en el convencimiento que uno de los factores que explicarían la crisis subprime, se refiere a la externalizacion de funciones criticas de parte de los supervisores a estas agencias privadas, quienes ya no solo entregaban información valiosa al mercado, sino que habrían “generado valor” en las compañías artificialmente.

Reguladores globales como el Directorio de Estabilidad Financiera (FSB) del G20 cuestionan hoy su rol. El llamado fundamental de estos organismos es a romper la dependencia con estas agencias, debiendo los Bancos e Instituciones Financieras tomar mayor responsabilidad en la medición del riesgo y análisis de la calidad de sus activos internamente.

Coincidiendo con la obligación de sacar lecciones de esta ultima crisis que eviten futuras sub-evaluaciones de riesgo, me parece que las iniciativas que hoy se plantean requieren algún grado mayor de maduración. Tomando en cuenta que los principales cuestionamientos acerca de las agencias clasificadoras dicen relación con potenciales conflictos de interés con sus clientes, creo razonable evaluar medidas alternativas que vayan por el lado de códigos de conducta adecuados, transparencia metodológica, así como endurecimiento sancionatorio que desincentiven malas prácticas. Las clasificadoras y agencias de riesgos no pueden ni deben reemplazar la actividad regulatoria, sin embrago partiendo del supuesto que el mercado financiero no es perfecto, la provisión de mayor información es deseable para su adecuado funcionamiento.

martes, 9 de noviembre de 2010

Articulo en Asuntos Publicos-CED

Riesgo, Un problema social, politico y economico.

Escribo este informe, motivado con la idea de contribuir a ampliar la visión sobre la disciplina de gestión de riesgos, entregando algunos antecedentes de su aplicación y evolución en las ciencias sociales. Considerado muchas veces como un ejercicio puramente estadístico, de sola preocupación de bancos, aseguradoras, reguladores o instituciones prevencionistas en chile, el estudio del riesgo ha generado abundante conocimiento práctico y teórico a lo largo de la historia. Desde las primeras medidas que el hombre toma frente a amenazas naturales y depredadores, hasta sofisticados mecanismos de seguros e instrumentos financieros, el riesgo y su gestión ha estado siempre presente en nuestras vidas.

martes, 2 de noviembre de 2010

Construyendo Comunidades de Conocimiento para la Innovación

Columna publicada para el Centro Democracia y Comunidad http://www.cdc.cl/


Tanto la teoría económica, como la evidencia empírica muestran que los países de ingresos medios como Chile, han logrado el anhelado desarrollo apostando fuertemente por la innovación. Lo anterior se funda en el principio que los países alcanzan el desarrollo aumentando la tasa de crecimiento de la productividad total de sus factores (PTF), aspecto en el cual la innovación seria una variable critica. Nuestro país cuenta con una Estrategia Nacional de Innovación, plan maestro de las políticas públicas en esta materia. Entendiendo que el desafío de la innovación es una tarea de largo plazo, los avances en este ámbito sin embargo son todavía insuficientes.

Al mirar los resultados de la última encuesta de innovación que realiza periódicamente el Gobierno, observamos que Chile sigue contando con un bajo nivel de gasto en inversión en I+D como porcentaje del PIB, siendo del orden del 0,4% en el 2008, cuando el promedio de los países de la OECD es de 2,3% del PIB. De ese porcentaje, el sector empresas financia solo un 43,7% del gasto en I+D. Por otra parte, un ámbito a destacar se refiere a la baja cooperación en innovación empresarial que existe entre Empresas y Universidades en Chile, el cual es de solo 5,0%.

Nuestra estrategia nacional de innovación y las agencias que la implementan, se han hecho cargo de este fenómeno, definiendo el fortalecimiento de la asociatividad empresa-universidad como factor esencial de transferencia tecnológica, el cual se materializa a través de distintos programas que debiesen estimular esta integración (creación de institutos, parques tecnológicos e incubadoras, fortalecimiento de mecanismos de financiamiento, etc.).

Mi experiencia como investigador en una Universidad del primer mundo sin embargo, donde esa aspiración de asociatividad universitario-empresarial se ha hace carne, me hace pensar que la dificultad de llenar los grandes espacios que separan a la investigación académica de la práctica organizacional, se expliquen también en cuanto a paradigmas y visiones distintas. Bajo esa perspectiva, el deseado objetivo de generar un ‘ecosistema para la innovación empresarial’, sería no solo una cuestión de incentivos económicos, sino también cultural.

Siendo un recién llegado al sector académico, he percibido esa tensión evidente y documentada entre el mundo de la ciencia y el de las organizaciones, el llamado “mundo real”. De esta forma, un enfoque clásico es el que describe a la academia y su cultura como “una entidad que desprecia el objetivo de contribuir en cuestiones prácticas o respuestas requeridas por el sector empresarial, prefiriendo fijar su aporte en aspectos fundamentales”. En esta perspectiva, el “practicante”, desconfía también de las recetas y propuestas del “científico”, descansando mucho más en su propia experiencia. Este conflicto sobre dos tipos de conocimientos que observamos claramente en nuestro país y que no responde a la realidad de una sociedad del conocimiento, uno aplicado a situaciones practicas y otro sobre nuevas ideas y procesos que puedan ser potencialmente posibles, es por supuesto nocivo para la innovación, así como al revés, condición necesaria cuando se resuelve.

Como caso de estudio menciono a la Universidad de Twente, Universidad Tecnológica al Este de Holanda que hoy me acoge , la cual se fijo a principios de los 80’ ser una Universidad emprendedora, poniendo su foco en generar conocimiento científico (Nanotecnología, Biotecnología, Ingeniería Mecánica y Gestión) con un sentido práctico. De esta forma, a partir de una iniciativa de esta casa de estudio, se formo un centro de interfase compuesto por las empresas de la región, el Gobierno Regional (Provincia) y la Universidad, llamado Kennispark Twente (Business Park). Durante su funcionamiento, este proyecto ha originado 700 empresas con un índice de supervivencia de 5 anos (mas del 70% de las empresas creadas), generando mas de 10.000 puestos de trabajo.

Para consolidar esta integración del concomimiento practico y científico a mi juicio, se requiere no solo de financiamiento público y/o privado que la incentive. Es por una parte una decisión estratégica y filosófica de la institucionalidad académica, una valoración por las ideas del mundo de las organizaciones como atractivas y validas. Es producto también en mi opinión, de la convicción del líder empresarial en cuanto a que la supervivencia y crecimiento organizacional supone también reflexión, el contrastar su experiencia emprendedora con la teoría.