lunes, 16 de mayo de 2011

Empresas Estatales en el mundo, ineficientes y en extinción?

Columna publicada en el diario Estrategia el 16/05/2011.




La Teoría Económica, entrega razones en cuanto a traspasar empresas cuyos dueños son el Estado a manos privadas. Es así como la privatización disminuiría los costos y aumentaría el valor de las compañías estatales, incrementando a su vez la calidad de servicio por efectos del sometimiento a las reglas del mercado. Estos preceptos según sabemos, han guiado los procesos privatizadores en las últimas décadas, permitiendo incrementar el capital de empresas que mantienen control Estatal, como método de financiamiento de déficit fiscal, financiar programas sociales, así como herramienta que equilibre el mix publico/privado de productos y servicios.

Con todo, más allá del uso de recursos disponibles por efecto de un proceso privatizador y sus efectos en la economía, la razón principal que funda su decisión, se concentra en la evidencia de un pobre desempeño explicado por la interferencia política en la toma de decisiones, así como por la incapacidad de este tipo de empresas para desarrollar esquemas de gobernabilidad e incentivos adecuados. Un reciente informe realizado por Ernst & Young a 24 países desarrollados y en desarrollo sin embargo (Government as best in class shareholder, 2010), muestra que el desempeño de empresas estatales puede acercarse, e incluso exceder el de las compañías privadas cuando estas cuentan con estructuras organizacionales y regulatorias adecuadas. Este reporte manifiesta que las empresas estatales continúan siendo un actor económico y social relevante en muchos países, tienden a ser evaluadas positivamente en calidad de servicio, así como son aún más eficientes y competitivas al incorporan las mejores prácticas de gobierno corporativo. Estos antecedentes en nuestro caso, reafirman la necesidad de seguir avanzando en profesionalizar la gestión de las empresas públicas. La Ley del nuevo Gobierno Corporativo de Codelco publicada el año 2009 es un gran paso. Preocupa sin embargo, que el proyecto que perfecciona los regímenes de gobierno corporativo del resto de las empresas del Estado, siga durmiendo el sueño de los justos en el Parlamento.