viernes, 26 de julio de 2013

El dilema del prisionero y la nominación del abanderado de la Alianza

Columna publicada para el Diario Estratagia el 26 de Julio de 2013 bajo el nombre "El dilema del prisionero" en http://www.estrategia.cl/detalle_columnista.php?cod=8154
 
Atraídos más por las características trágicas del acontecimiento y las formas dramáticas de sus protagonistas que por un genuino interés político, la opinión pública ha seguido con gran interés las  adversidades de la derecha Chilena en la nominación de un candidato Presidencial.

 

Existen numerosas formas de interpretar el singular conflicto que han vivido los partidos oficialistas de nuestro país. La teoría de juegos y en particular el llamado “dilema del prisionero”, nos podría dar algunas luces en la tarea de explicar este episodio. El dilema del prisionero es ejemplificado en la idea que dos prisioneros tienen la posibilidad de actuar coordinadamente ante los interrogatorios de la policía, así como la opción de responder individualmente. De esta forma, recibirían mayores beneficios si cooperaran que si actuarán- traicionando al otro prisionero- en su propio interés. Pese a todo, en la realidad, observamos una tendencia no-cooperativa aun si eso atenta contra el interés general de las partes involucradas.

 

La nominación del abanderado de la Alianza, luego de la calamitosa renuncia de Pablo Longeuira, es un claro ejemplo de aquello, donde los dirigentes políticos habrían actuado con el objetivo de maximizar su interés propio o ganancia y no el interés colectivo. Tanto la UDI como RN en este proceso de negociación, habrían intentado buscar el mejor resultado para cada uno de ellos en términos separados y no una solución colaborativa que les hubiera traído mayores beneficios. En la falta de confianza por parte los actores, en el no contar con un proyecto de largo plazo, así como en la creencia de una libertad natural basada en el interés personal, estarían quizás las causas de este comportamiento “egoísta”.

 

Bajo una interpretación cíclica de la historia, habría que recordar el debacle electoral de 1965, el que llevo a que tanto Liberales como Conservadores actuaran de manera “colaborativa”, fusionándose en el Partido Nacional. Sería una gran paradoja entonces, que los pesados hechos llevaran nuevamente a la derecha Chilena a un esquema de mayor cooperación.