lunes, 16 de junio de 2014

Selección escolar, productividad y equidad

Columna publicada en el diario Estrategia el 10/06/2014 en http://www.estrategia.cl/detalle_columnista.php?cod=9322


Por estos días, los liceos denominados “emblemáticos”, han reaccionado decididamente ante los anuncios del Ministro de Educación sobre a terminar definitivamente con la selección. Esta respuesta del movimiento estudiantil secundario ha estado liderada por el Instituto Nacional, establecimiento creado en los albores de la república por nuestra aristocracia ilustrada, en razón de su contribución al país como “semillero” de una parte de nuestra elite cultural, política e intelectual.

La hegemónica teoría económica neoclásica, nos podría dar algunas luces sobre los fundamentos de la selección en la educación. Esto, en razón del supuesto aporte a la productividad nacional de los individuos más talentosos, entendiendo como único criterio, la eficiencia económica en la asignación de recursos públicos. Bajo este enfoque, los estudiantes capacitados no solo lograrían un grado más alto de productividad, sino que se beneficiaran a partir de ingresos futuros superiores, por lo que existirían razones suficientes para mantener la selección como instrumento que identifica la capacidad de los individuos y su aporte a la productividad.

El invertir en grupos homogéneos de alumnos mejor dotados- ya sea por sus características innatas u origen social- podría ser entonces, eficiente en términos de su aporte a la productividad económica y social del país. Sin embargo, esto parece injusto en razón de la posición ventajosa (cognitiva y/o social) de dichos alumnos versus grupos más vulnerables, aspecto en el cual el Estado debiese actuar compensando sus desventajas iniciales.



A menos que el Estado esté dispuesto a suprimir todos los establecimientos privados -lo que me parece no está en la órbita de opciones- y no abordemos el grado total de desigualdad de nuestra sociedad, la inequidad en el sistema de educación pública tenderá a replicarse. Con todo, es necesario sopesar los efectos de la incorporación de mayores niveles de igualdad en el sistema educativo público y su impacto en la generación de incentivos para que los padres (que pueden pagar) acudan a colegios privados.