Articulo no-academico escrito con Luis Ruz Olivares para Asuntos Publicos http://www.asuntospublicos.cl/
Uno de los principales bastiones del discurso del otrora aspirante a la presidencia de la Republica, Sebastian Pinera, era la promesa de una gestión pública eficiente encarnada en el concepto de “Nueva Forma de Gobernar” (NFG). Dicha retórica de campana fue consignada a su vez en el programa de gobierno, donde el eje “Un Estado moderno al servicio de la gente” aparecía como pilar esencial de las propuestas de los grupos Tantauco. Aun cuando a nuestro juicio, las medidas planteadas en el programa de la Alianza no son consistentes con la ambiciosa aspiración de realizar una “gran reforma del aparato estatal”, no vemos aun significativos avances para su cumplimiento.
Por el contrario, la evidencia de un debilitamiento de instituciones claves para la modernización del Estado, como son el sistema de la Alta Dirección Pública, el Consejo para la Transparencia, así como una baja ejecución presupuestaria y despido masivo de funcionarios públicos durante el primer año de gobierno, contradicen la intención de “modernizar el Estado para adecuarlo a los requerimientos del siglo 21”, perpetuándonos más bien, en la situación de un aparato gubernamental pre-weberiano, donde el “ganador se lleva todo”.
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