Columna publicada en el diario Estrategia el 11 de Marzo de 2013 en http://www.estrategia.cl/detalle_columnista.php?cod=7598
Sin perjuicio que las condiciones en las que vivimos
hoy (al menos en promedio), son ostensiblemente mayores a las de nuestros
antepasados, habitamos en un ambiente de permanente ansiedad, martirizados con
la ocurrencia de hechos que identificamos como riesgosos, cuando en muchos casos-
si aplicáramos cierta racionalidad - no serían más que eventos bastante poco
probables.
En la literatura especializada, existe una vasta
gama de autores que han intentado explicar este fenómeno, queriendo entender la manera como percibimos el
riesgo por una parte (Paul Slovic), los mecanismos que utilizamos para
facilitar decisiones (Daniel Kahneman and Amos Tversky), así como identificado las dinámicas sociales
que amplifican los riesgos (Ulrich Beck). En este sentido, el ser humano
tendría una muy limitada capacidad para procesar información, confiando mucho
más en su intuición a la hora de tomar decisiones, que en el cálculo de
probabilidades. De esta forma, muchos de nuestros miedos serian infundados y basados
en percepciones subjetivas.
Pero lo que la Ciencia ha descubierto recientemente,
la política y el marketing han entendido por siempre; que el miedo es un gran
movilizador de voluntades. De tal manera, provistos de medias verdades, ejecutivos
y políticos inescrupulosos, serían capaces de manipular los juicios de otros. Es
así como aunque que no podemos controlar totalmente la manera como percibimos
el riesgo, si podemos hacer esfuerzos por hacer cociente este proceso,
intentando evaluar con mayor detención la información que se nos provee tanto como
consumidores o ciudadanos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario