viernes, 11 de junio de 2010

Gestion de Riesgos y RSE

Publicado el 11 de junio de 2010 en la edicion impresa del diario Estrategia.


La implementación de políticas corporativas sobre Responsabilidad Social Empresarial (RSE), se ha convertido en un elemento diferenciador, no sólo para las industrias tradicionalmente con mayor exposición al riesgo (Minería, Servicios Financieros, etc.), sino para todos los sectores. Lo anterior se basa además, en una obligación moral de las entidades privadas, en términos que las empresas que contribuyen plenamente a la sociedad son eficientes, rentables y también socialmente responsables.

La RSE desde una perspectiva moderna y siguiendo los estándares internacionales, va más allá de acciones filantrópicas, se refiere a la manera en la cual las empresas manejan sus actividades económicas, sociales, ambientales y su relación con sus grupos de interés en todo ámbito; laboral, mercado, cadena de valor, comunidad y opinión publica, entre otros.

La gestión de riesgos por otra parte, centra sus actividades en la creación de políticas, procesos y herramientas destinados a minimizar los riesgos a los que puedan estar expuestas las organizaciones. Esta disciplina en una perspectiva integral (ERM), da cuenta también de los riesgos relacionados con las externalidades negativas de la operación empresarial, su reputación e interacción con el entorno. En este sentido, la gestión de riesgos puede facilitar la implementación y monitoreo de una política de RSE, por cuanto provee conocimiento sistemático y estructurado sobre los riesgos sociales y su interacción con otros riesgos en la empresa, manejando de forma más efectiva la relación con sus grupos de interés.

De esta forma, la discusión hoy no es si las empresas deben ser responsables socialmente, sino más bien cómo deben demostrar responsabilidad y, sobre todo, cómo coordinar y dar prioridad a los procesos de toma de decisiones y gestión de riesgos sociales a los que están expuestos. Es así como para que una empresa tenga éxito en un mercado cada vez más competitivo, debe conciliar la idea de ser socialmente responsable (riesgos reputacionales o no-financieros) con ser financieramente viable (riesgos financieros).